El tratamiento aumenta la capacidad motora y alivia el dolor de las personas con rigidez muscular, mejorando su calidad de vida y su actividad en funcio-nes de la vida diaria

Un total de 16 Médicos Internos Residentes de cuarto año de la especialidad de Rehabilitación de la comunidad andaluza han participado en un curso teórico-práctico sobre el tratamiento con toxina botulínica de la espasticidad, o alteración del tono muscular, en pacientes con patología neurológica, organizado por la Unidad de Gestión Clínica de Medicina Física y Rehabilitación del Hospital Regional de Málaga, en colabora-ción con el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla.

El objetivo principal del curso, el primero que se realiza en Andalucía para residen-tes de último año de la especialidad, ha sido dotar de conocimientos y habilidades para aplicar el tratamiento con toxina botulínica de los pacientes que padecen rigidez muscular como consecuencia de una patología neurológica. Esta terapia es complementaria al tratamiento con fármacos y ejercicios de rehabilitación que realizan los pacientes.

La terapia con toxina botulínica mejora la calidad de vida de los pacientes que pa-decen pérdida de movilidad, rigidez, contracturas y dolor, entre otros síntomas, que en muchas ocasiones les imposibilitan realizar tareas de la vida diaria. El tratamiento alivia esta sintomatología y sirve como medida preventiva para evitar su aparición.

La inyección intramuscular de toxina botulínica es una técnica que supone un co-nocimiento específico del sistema muscular y una valoración global previa del paciente sobre su capacidad motora, de desplazamiento y autonomía y en el desempeño de tareas cotidianas. Asociado a terapia física y ocupacional, la infiltración de toxina botulínica se repite en un período de tres a seis meses, dependiendo de la evolución del paciente.

En la actualidad, una de cada 100 personas en España padecen espasticidad. La al-teración del tono muscular es consecuencia de un accidente vascular cerebral o de un traumatismo craneoencefálico, aunque también se presenta en la evolución de otras enfermedades del sistema nervioso central. En el caso de los menores, son los niños con parálisis cerebral quienes sufren este tipo de secuela neurológica.

En la atención al paciente con espasticidad como secuela de una patología neuro-lógica interviene un equipo multidisciplinar de profesionales formado por neurólogos, neurocirujanos, rehabilitadores, traumatólogos, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, técnicos ortopédicos y médicos de familia, siendo fundamental el apoyo de los cuidadores y la colaboración del paciente, siempre que sea posible.