Este servicio fue pionero en su ámbito y tiene como objetivo reducir y controlar los eventos adversos en el centro
El Hospital Regional Universitario de Málaga cuenta desde 2018 con una consulta virtual de Infecciones Relacionadas con la Asistencia Sanitaria (IRAS) con el objetivo de prevenirlas, reducirlas y llevar a cabo un control exhaustivo del tratamiento de los pacientes al alta. Desde su puesta en marcha ha atendido a más de 12.800 pacientes.
Perteneciente a la unidad de Enfermedades Infecciosas, Microbiología y Medicina Preventiva, esta consulta nació para hacer un seguimiento a los pacientes tanto dentro como fuera del hospital. Asimismo, uno de sus fines es hacer visible la importancia del mantenimiento de los cuidados tanto en el ámbito hospitalario como en el de la Atención Primaria. En este sentido, la supervisora de la unidad, Vanessa Vázquez, señala que, en 2017, alentadas por la Subdirectora de Enfermería Carmen Bustamante, ahora directora, crearon esta consulta "movidas por el gran volumen de datos que se recogían y ante la creciente demanda de información por parte de otros profesionales y de los propios pacientes y familiares sobre los cuidados".
Esta consulta funciona de lunes a viernes en horario de 8:30 a 14:30. Al ser de naturaleza virtual, las enfermeras reciben llamadas telefónicas -tanto de dentro del hospital como de Atención Primaria- para la resolución de dudas, además de hacer un seguimiento de aquellos pacientes que, ingresados o no, han padecido una infección relacionada con la asistencia sanitaria.
"Un paciente puede tener varios episodios de hospitalización que se cierran en carpetas distintas a nivel informático, sin embargo, respecto a Control de Infección, la información y el evolutivo no se cierra con el alta del paciente, puesto que los cuidados pueden prolongarse más allá del episodio de ingreso. En la consulta disponemos de un registro ágil y visible", señala Vázquez, que indica que en ella se registra y la información de los pacientes relacionada con los gérmenes multirresistentes y aquellos de especial interés epidemiológico.
Las profesionales de enfermería que trabajan en esta consulta realizan una búsqueda activa de los pacientes con el fin de indicar las medidas de control en cada caso. "Desde que ingresan en Urgencias indicando cuáles son las medidas de precauciones ampliadas que requieren previa valoración de cada caso hasta que están de alta, incluso a nivel ambulatorio, se realiza un seguimiento a nivel de gérmenes multirresistentes", señala la supervisora de la unidad Enfermedades Infecciosas, Microbiología y Medicina Preventiva, que considera que la visión de cuidados, la visión enfermera, la educación sanitaria a pacientes, el trabajo de asesor respecto a manejo y consejos que minimicen el riesgo de trasmisión, todo ello en el seno de una Unidad Multidisciplinar compuesta por tres grandes áreas de conocimiento dan sustento a un trabajo "apasionante" dentro del hospital.
Según la OMS, la resistencia a los antimicrobianos es la resistencia de un microorganismo a un medicamento antimicrobiano al que antes era sensible, se desarrolla cuando un microorganismo muta o adquiere un gen de resistencia. Los organismos resistentes pueden resistir el ataque de los medicamentos antimicrobianos como los antibióticos, antivirales y antipalúdicos, de modo que los tratamientos estándar se vuelven ineficaces y las infecciones persisten y pueden extenderse a otras personas. Impedir la trasmisión de estos microorganismos es un reto para los profesionales sanitarios que trabajan en hospitales, de ahí la importancia de las políticas de prevención y control de infección junto a las de Seguridad del paciente.
Según el Estudio EPINE (estudio de prevalencia de infección nosocomial en España), la prevalencia de pacientes que adquieren una infección en un ingreso hospitalario es del 5.4%. Además, el European Centre for Disease Prevention and Control (ECDC) estima que las infecciones de asistencia sanitaria afectan a 1 de cada 20 pacientes hospitalizados, es decir, 4,1 millones de pacientes al año en la Unión Europea y se calcula que cerca de 37.000 muertes son consecuencia directa de dichas infecciones. Aproximadamente, un 20-30% de las IRAS son prevenibles mediante programas de control de la infección e higiene.