La pérdida de la salud coloca a las personas en una situación de especial vulnerabilidad, por lo que se hace necesario establecer un compromiso activo del Sistema Sanitario, profesionales y la propia ciudadanía con la humanización de la asistencia sanitaria.
Los objetivos en este sentido deben orientarse a:
- Consolidar la personalización asegurando que cada persona dispone de profesionales de referencia y los planes terapéuticos propuestos se adecuan a sus necesidades y expectativas.
- Implicar a las personas en la toma de decisiones que deben ser consensuadas y compartidas, diseñando para ello: Planes de acción personalizados, Guías de acogida para la hospitalización, protocolos de información a familiares, guía de información al alta, guías de comunicación de malas noticias.
- Se asegurara que el paciente y la persona que él decida dispongan de información clara, fiable y de calidad, durante todo el proceso, garantizando su confidencialidad.
- Desarrollar competencias humanísticas y relacionales en los profesionales, a través de valores, conocimientos, actitudes y habilidades para el acompañamiento terapéutico y la toma de decisiones compartida.
- Adecuar las situaciones y los espacios para preservar la intimidad de la persona y la confortabilidad durante los procesos de atención, con especial atención a la infancia o al final de la vida.
- Facilitar el acompañamiento de la familia o personas que se decidan durante todas las fases del proceso asistencial, especialmente, al final de la vida