Fue el 30 de abril de 1956 cuando se inauguró oficialmente la Residencia Carlos Haya del Seguro Obligatorio de Enfermedad, aunque ya hacía algunas semanas que estaba en funcionamiento. De hecho el primer recién nacido, una niña, nació el 3 de abril.
La Residencia Sanitaria constaba de siete plantas, además de sótano y semisótano, con 300 camas, aunque sólo estaban abiertas dos plantas que sumaban 115 camas hospitalarias, y nueve quirófanos. Además de los espacios para laboratorios, áreas administrativas, y el departamento de Rayos X, también disponía de capilla, baptisterio, biblioteca, residencia de médicos internos y residencia de señoritas enfermeras. La residencia de la comunidad religiosa estaba en la séptima planta.
El Hospital Carlos Haya, el que hoy se conoce como Pabellón A del Hospital General, fue uno de los ocho hospitales que entran en funcionamiento en España en ese año. El Hospital nace como una Maternidad y un Centro Quirúrgico. No existía la medicina interna ni la pediatría.
El acceso a las plazas era por oposición a nivel nacional. Los primeros especialistas que acceden al Hospital por oposición fueron cuatro cirujanos generales, dos traumatólogos, un tocólogo, un ginecólogo, un otorrinolaringólogo, un oftalmólogo, un radiólogo, un analista y un anestesiólogo.
En sus inicios, la jefa de enfermeras era la superiora de la comunidad religiosa de las monjas Oblatas (1956 a 1962), responsables de los cuidados de los pacientes, junto con las enfermeras externas e internas.
En el año 1963 se hacen cargo del Hospital la comunidad religiosa de las Hijas de la Caridad. El centro contaba con unos 100 trabajadores. Además del personal de la Administración, y del personal no sanitario, la Comunidad de Religiosas Oblatas y luego de la Hijas de la Caridad, junto con cuarenta y tres enfermeras procedentes de toda España, cuatro médicos internos y diez especialistas, formaban el equipo sanitario con el que inició su historia este Hospital. El personal de enfermería del área quirúrgica la formaban dos enfermeras (una interna y otra externa), un practicante (que realizaba técnicas “no consideradas aptas para las enfermeras”, como el sondaje vesical a hombres) y un ayudante adscrito al equipo de anestesia.
Existía un equipo formado por cuatro médicos “consultores” de gran prestigio; eran un cirujano, un toco-ginecólogo, un cirujano general y un médico internista especialista en diabetes. Sólo acudían en casos muy “especiales” a petición del director del centro. Cada uno de ellos tenía un ayudante. El Administrador tenía a su cargo seis funcionarios que se ocupaban de las áreas de contabilidad, personal, suministros, cocina, facturación y prestaciones, y la secretaria del director.
El área de Mantenimiento la formaban un electricista, un fontanero, un mecánico, un pintor, un carpintero, un albañil y un fogonero. El Hospital contaba con 115 camas operativas en habitaciones compartidas, disponía de siete quirófanos programados (ubicados en la primera planta), dos quirófanos más para urgencias de ginecología y tocología (ubicados en la tercera planta), una sala de exploración y una sala de reanimación con nueve camas. El índice de ocupación era de un 41%, y se producían una media de cinco ingresos diarios. Se realizaban unas 500 intervenciones quirúrgicas al año y un parto al día. En una mañana se podían intervenir a ocho o diez pacientes. Las intervenciones más habituales eran la resección de estómago, hernias, vesículas y apendicitis. La sala de reanimación era atendida por seis enfermeras y un practicante.
El área quirúrgica disponía de unos medios técnicos muy buenos para la época. El curare se utilizaba para la anestesia y al no existir todavía ventilación mecánica, la ventilación se realizaba de forma manual con balón.Las urgencias estaban ubicadas en la planta baja. El turno de tarde era atendido por la jefa de enfermeras del internado. Las urgencias en la tarde y noche eran atendidas por las enfermeras internas y los médicos internos, pues vivían allí. Los partos eran atendidos por las matronas, dos por turno. Si algún parto se complicaba se solicitaba la presencia de uno de los médicos residentes que vivían en el Hospital. Si esto tampoco daba resultado, se llamaba entonces a uno de los médicos consultores.
Existía una residencia para enfermeras internas en la planta baja del actual pabellón A del Hospital General. Cubrían también los turnos de tarde y noche ante cualquier urgencia. También había una residencia para los médicos internos ubicada en la planta baja del actual pabellón A del Hospital General. Vivían en el Hospital y atendían también los turnos de tarde y noche, y las urgencias. Eran grupos de cuatro médicos e iban rotando por las distintas dependencias hasta completar la formación adecuada. El cura ejercía las funciones de “acogida” a los médicos que llegaban como internos residentes.
El Hospital no tenía consultas; estas se ubicaban en calle Córdoba, en la “caja nacional”, en el Instituto Nacional de Previsión. No había servicio de transfusión sanguínea, ni banco de sangre. Ante una necesidad se desplazaban los médicos del Hospital Civil y de Sanidad.
El Hospital fue creciendo con los años, tanto en equipamiento y tecnología, como en profesionales, para ir dando respuesta a una ciudad que crecía rápidamente. Las especialidades de Medicina Interna y Pediatría se incorporan al Hospital alrededor de 1969.
El 17 de marzo de 1972 los Príncipes de España, don Juan Carlos y doña Sofía, visitan la Residencia Sanitaria Carlos Haya, pues acababa de entrar en funcionamiento un nuevo edificio, era el Pabellón B del actual Hospital General. En 1975 se inaugura el pabellón de Hematología (ahora Pabellón de Gobierno), de la ya Ciudad Sanitaria de la Seguridad Social Carlos Haya.
En los años 80 el Centro de Especialidades “José Estrada”, en calle Córdoba (ahora Centro de Alta Resolución de Especialidades) y el Centro de Diagnóstico “Jesús Cautivo”, en calle Sevilla, también dependían del centro sanitario.
El Hospital Materno Infantil se inaugura en 1981. Durante los años 80, se remodelan y modernizan los Pabellones A y B del Hospital General, y durante el tiempo que se prolongaronlas obras de acondicionamiento varias dependencias y servicios médicos se trasladaron al Hospital Noble y al Centro de Traumatología y Rehabilitación 18 de Julio, ambos en Málaga capital, pero también al Hospital Marítimo de Torremolinos (centro que pertenece en la actualidad al Hospital Clínico Virgen de la Victoria).
En la década de los 80, pacientes, servicios y profesionales del Hospital Civil, dependiente hasta entonces de la Diputación Provincial de Málaga, pasan a las nuevas dependencias del Hospital Clínico Universitario Virgen de la Victoria en el Campus de Teatinos. Después de varias propuestas sobre el futuro de este centro, entre las que figuró una propuesta del Ministerio de Sanidad para reconvertir el Hospital Civil en centro de formación de médicos posgraduados, en el año 1989 se incorpora a la gestión del Complejo Hospitalario Carlos Haya, pasando a formar parte de los centros proveedores del Servicio Andaluz de Salud.
Pero el Hospital Civil merece una mención especial ya que su primera piedra fue colocada el 18 de octubre de 1862 por la reina Isabel II, aunque no fue hasta 1872 cuando se trasladaron a los tres primeros pabellones pacientes del antiguo Hospital de San Juan de Dios que estaba situado en lo que hoy es parte de la calle Molina Lario.
A finales del siglo XIX, en el entorno del Hospital Civil se construyeron el lazareto, la leprosería y el manicomio para atender algunas de las deficiencias sanitarias de la Málaga de aquella época.
Durante el siglo XX, el Hospital Civil fue incorporando progresivamente avances científicos y tecnológicos (laboratorio, radiología, …) y también se construyeron nuevas dependencias como el pabellón de infecciosos o el infantil.
La actual imagen que tenemos del Hospital Civil se debe a la remodelación realizada en 1976 que modificó sustancialmente la estructura del edificio.
La Escuela de Enfermería.
La única Escuela de Enfermeras que existía en Málaga en los años 50 era la del Hospital Civil, dependiente de la Diputación Provincial de Málaga. A principios de los años 70, dos décadas después de la puesta en marcha del Hospital Carlos Haya nace la Escuela Femenina de Ayudantes Técnicos Sanitarios (ATS) en la Residencia Sanitaria Carlos Haya, dependiente de la Seguridad Social.
El enfoque de la enseñanza de las 169 Escuelas que existían en España con esta denominación, tenían un marcado carácter técnico y biomédico, situación que también vivió esta Escuela.
En el curso 1978-1979, al convertirse los estudios de Enfermería en Universitarios, se transforma en Escuela Universitaria de Enfermería “Carlos Haya”, adscrita a la Universidad de Málaga y con dependencia patrimonial del Insalud en un principio y posteriormente, con la creación de la Comunidad Autónoma Andaluza, del Servicio Andaluz de Salud. En 1990 se integra en la Universidad, creándose la Escuela Universitaria de Enfermería y Fisioterapia de la Universidad de Málaga, pasando en el año 1992 a denominarse Escuela Universitaria de Ciencias de la Salud de la Universidad de Málaga.
La Formación de los Médicos Residentes.
En el año 1964 comienza a implantarse en España los programas de formación específicos para la docencia en cada una de las especialidades médicas vía residencia. Pero no es hasta el año 1971 cuando se establece por primera vez un examen teórico como vía de acceso a una plaza de formación médica especializada en hospitales de la Seguridad Social acreditados para la docencia.
En el año 1975 se constituye la Comisión de Docencia para médicos internos residentes (MIR) en el Hospital Carlos Haya. Los primeros residentes, veinte, pertenecían a diez especialidades diferentes: Urología, Cirugía General y Digestiva, Otorrinolaringología, Traumatología, Ginecología y Obstetricia, Pediatría, Medicina Interna, Radioterapia y Radiología, Cardiología, y Neumología.
El hospital fue creciendo también en número de residentes y en especialidades acreditadas, así en el año 2006 el Hospital Regional a través de las Comisiones de Docencia (incluida la Unidad Docente de Medicina Familiar y Comunitaria) contabiliza un total de 55 tutores para 313 especialistas en formación, en 40 diferentes especialidades. La última especialidad en recibir la acreditación ha sido Medicina Nuclear.
El Hospital Regional Universitario de Málaga agradece a todos los especialistas que, en estos más de 30 años, han elegido el centro sanitario como lugar donde realizar su formación, pues con su elección han obligado a mantener y elevar los niveles de calidad, tanto docentes como asistenciales e investigadores, de todos los profesionales del Hospital.